miércoles, 28 de septiembre de 2011

Paradoja de Arrow ¿Imposibilidad de la Democracia?... paradoja de Condorcet.

El teorema de imposibilidad de Arrow, también llamado la paradoja de Arrow, e irónicamente, el teorema de la imposibilidad de la democracia, demuestra que no es posible diseñar reglas para la toma de decisiones sociales o políticas que obedezcan a un cierto conjunto de criterios «razonables».  Kenneth Arrow  fue premio Nobel de Economía en 1972, junto con el británico Sir John R. Hicks, por sus teorías sobre el equilibrio general económico y el bienestar.
Una sociedad necesita acordar un orden de preferencia entre diferentes opciones. Cada individuo en la sociedad tiene su propio orden de preferencia personal. El problema es encontrar un mecanismo general (una función de selección social) que transforme el conjunto de los órdenes de preferencia individuales en un orden de preferencia para toda la sociedad.
La Paradoja de Arrow  (o Teorema de imposibilidad)  establece que cuando se tienen tres o más alternativas para que un cierto número de personas voten por ellas, no es posible diseñar un sistema de votación que permita generalizar las preferencias de los individuos hacia una preferencia global de la comunidad, de modo que al mismo tiempo se cumplan ciertos criterios "racionales":
  • Dominio no restringido: el mecanismo de votación debería poder procesar todos los conjuntos posibles de preferencias de los votantes.
  • Que no exista  un "dictador", es decir, de una persona que tenga el poder para cambiar las preferencias del grupo.
  • Eficiencia de Pareto: El “Óptimo de Pareto” simplemente indica una situación en la cual no se puede mejorar la situación de alguien sin hacer que algún otro este peor.
  • Independencia de alternativas irrelevantes: los temas votados deben ser claros, netos y precisos.
Pero ya en  1785, Condorcet  publicó  el “Ensayo sobre la aplicación del análisis a la probabilidad de las decisiones sometidas a la pluralidad de voces”. En esta obra, explora la paradoja de Condorcet, que describe como las decisiones adoptadas por una mayoría popular siguiendo un modelo de escrutinio pueden ser incoherentes con respecto a las que adoptaría un individuo racional. Y planteó un ejemplo sencillo:
Considemos por ejemplo una asamblea de 60 votantes que deben elegir entre tres propuestas a, b y c. Las preferencias se manifiestan de este modo (entendiendo que a > b representa el hecho de que se prefiere a a b):
23 votantes prefieren: a > c > b
19 votantes prefieren: b > c > a
16 votantes prefieren: c > b > a
2 votantes prefieren: c > a > b
En un proceso de voto pluralista, a gana con 23 votos, sobre b con 19 votos y sobre c con 18, por lo que a > b > c.
Sin embargo, en las comparaciones por pares obtenemos:
35 prefieren b > a contra 25 para a > b
41 prefieren c > b contra 19 para b > c
37 prefieren c > a contra 23 para a > c
Lo que nos lleva a la preferencia mayoritaria c > b > a, exactamente contraria a la elección pluralista.
Hay que señalar que contrariamente a la creencia común, esta paradoja sólo cuestiona la coherencia de determinados sistemas de votación, no la de la propia democracia.
¡ Podemos comprobar que desde Condorcet a Arrow  parece complicado encontrar un “óptimo” sistema de votación !

Mark de Zabaleta



jueves, 22 de septiembre de 2011

JUSTICIA ¿ECONÓMICA? … “Hipótesis del Umbral”.

"Quiero averiguar si puede haber en el orden civil alguna regla de administración legitima y segura tomando a los hombres tal como son y las leyes tales como pueden ser. Procuraré unir siempre, en esta indagación, lo que la ley permite con lo que el interés prescribe, a fin de que la justicia y la utilidad no se encuentren separadas."
Libro I  (1778) "El contrato social " de  Jean-Jacques Rousseau
Muchos filósofos y economistas creen que  John Rawls (1921/2002)  hizo una importante contribución a la filosofía política, y la publicación de Teoría de la Justicia (1971) conllevó una reactivación de la filosofía  política…y un desarrollo de ese “contrato social”:
En una sociedad razonable, simplemente una sociedad de iguales en cuanto a los asuntos básicos, todos los ciudadanos tienen sus propios objetivos racionales que esperan favorecer, y todos están dispuestos a proponer términos justos que se espera razonablemente acepten los demás, de manera que todos puedan beneficiarse y mejorar, según lo que cada cual pueda lograr por sí mismo….
Muchos de nuestros más importantes juicios  se hacen en condiciones en que no es de esperarse que personas conscientes, en el pleno uso de la razón, incluso tras una libre discusión, lleguen a la misma conclusión.
Artur Manfred Max Neef (1932)[ ]es un destacado economista y político chileno, autor de varios libros, ganador del Right Livelihood Award en 1983 (el Nobel “alternativo”de la Economía…) y Candidato a la Presidencia de Chile  en 1993. Plantea una “justicia” alternativa…
Sus obras más destacadas son dos tesis que denominó Economía Descalza y Desarrollo a Escala Humana, las que definen una matriz que abarca nueve necesidades humanas básicas: Subsistencia, Protección, Afecto, Comprensión, Participación, Creación, Recreo, Identidad y Libertad.[]
En la década de los 90 formuló la Hipótesis del Umbral, la idea de que a partir de determinado punto del desarrollo económico, la calidad de vida comienza a disminuir.  Max-Neef   fue rector de la Universidad Austral de Chile. []Actualmente trabaja como Profesor Titular de la Facultad de Ciencias Económicas de dicha universidad.
¿Llegaremos (en Economía) a un punto en que “no por mucho madrugar amanece más temprano”? ¿Será un justo equilibrio económico aceptado por todos? ¿Llegaremos conscientemente a esa conclusión?... No comment….

Mark de Zabaleta
www.markdezabaleta.com


miércoles, 14 de septiembre de 2011

“La sociedad opulenta” de Galbraith


Además de haber sido uno de los economistas más populares, Galbraith  fue diplomático, novelista, cronista periodístico y asesor en política económica de varios presidentes
Escribió  33 obras, siendo la más famosa La sociedad opulenta (1958), donde explicaba la riqueza de los  Estados Unidos de América  en bienes de consumo y su pobreza en servicios sociales,  en la idea de la existencia de un consumo masivo  (para Galbraith innecesario) promovido artificialmente por la publicidad y de un espectacular crecimiento con desigualdades internas e inflación.
Según Galbraith, la brecha entre la provisión de bienes de consumo y sociales llegó a ser desproporcionada, lo que sería de un efecto problemático: “cuanto mayor sea la cantidad de bienes que adquiere la gente, tanto mayor es el volumen de envoltorios que desecha y tanto mayor es la cantidad de basura que se debe eliminar. Si no se proporcionan los servicios de saneamiento adecuados, la contrapartida de una opulencia creciente será una suciedad cada vez más intensa”.
Un  punto que curiosamente discute George J. Stigler, cuando dice que la publicidad es informativa más que manipuladora….
Mantuvo un enfoque social y cultural de la economía, siendo Crítico con la escuela neoclásica, Galbraith fue un liberal de tradición keynesiana y estuvo siempre considerado como el último gran heredero del viejo Institucionalismo Americano.
En Capitalismo Americano (1952), analiza la forma en que la economía estadounidense se ha desarrollado tras la segunda guerra mundial: por una parte la concentración oligopolística ha estimulado la innovación técnica, mientras que el poder de las grandes empresas quedaba limitado por los sindicatos, las organizaciones de consumidores y la intervención del estado.
Obtuvo la licenciatura de Economía Agrícola en la Universidad de Toronto. En los años 30 marcha a Estados Unidos, donde estudió en Princeton y se doctoró en agricultura por la Universidad de California en Berkeley (1934). Profesor en Harvard y otras grandes universidades americanas (Cambridge, Bristol, Austin y California) hasta 1975, ejerció de emérito en Harvard (emeritus professor of economics), siguiendo vinculado a dicha universidad hasta casi el final de sus días.
Fue Consejero de los presidentes Roosevelt, Truman, Kennedy y Clinton. De forma paralela a su actividad docente estuvo vinculado a organizaciones como el departamento estatal de agricultura durante la época del New Deal, y participó en la campaña demócrata para la reelección de Franklin Delano Roosevelt.
Fue el principal consejero de la administración de Kennedy, embajador en la India desde 1961 hasta 1963, y presidente de la Americans Democratic Action, en 1967, en contra de la intervención de Estados Unidos en Vietnam.
Desempeñó una labor importante en el campo de la paz. Asesoró en la  posguerra a las administraciones alemana y japonesa. Aunque discrepó con el presidente Johnson a causa de la guerra en Vietnam, ayudó a dar nacimiento a su programa “Gran Sociedad”.
En los últimos años, se opuso a la intervención en Irak abanderada por George W. Bush.
Galbraith fue un economista muy heterodoxo en su doctrina económica, aunque siempre muy en línea con Keynes y Veblen

Falleció el 29 de abril de 2006.

Mark de Zabaleta
http://www.becspain.com



jueves, 8 de septiembre de 2011

La Productividad del “garçon” de Café (Jean-Paul Sartre)

Jean-Paul Sartre estaba sentado en un típico Bistrot parisino cuando observó el trabajo del “garçon” escribiendo: Consideremos a este camarero en el Café.  Su movimiento es raudo y preciso, demasiado exacto, demasiado rápido, va hacia los clientes con un paso demasiado ágil, se inclina con demasiado apresuramiento, sus ojos, su voz expresan un interés demasiado lleno de solicitud por el pedido del cliente….
Él juega, se divierte. ¿Pero a qué está jugando? No hay que observar mucho rato para darse cuenta: “está jugando a ser camarero de Café”.
¿Por qué juega? Porque tiene miedo de realizarse realmente, explicará Sartre en  “El ser y la nada” (1943).  El camarero se miente y esta mala fe no hace sino traicionar su miedo a existir libremente.
Porque si hay una cosa que defiende el existencialismo, es que el hombre es libre. Libre y al mismo tiempo condenado a escoger su vida y a comprometerse con ella.
Ahora bien, algunos rechazan este destino y prefieren simular y fingir más que existir realmente. Sartre, sin embargo, sostiene que el hombre se realiza cuando muestra “lo que él es”, sin juego ni mentira…
Aunque estoy seguro de que en aquella reflexión Sartre no pensaba en la productividadEl único camino para que un negocio pueda crecer y aumentar su rentabilidad es aumentando su productividad.
Y uno de los aspectos fundamentales, junto a la utilización de métodos y sistemas salariales, es el estudio de tiempos   y ese “demasiado” no deja de ser muy positivo para la Productividad.
¿Somos libres pero estamos condenados a se Productivos?

Mark de Zabaleta